Leer a ciegas

Trabajar como lector profesional es como cobrar por practicar sexo. De entrada suena estupendo, te van a dar dinero por algo que tú estás encantado de hacer gratis, pero muy pronto descubres que leer por obligación puede ser tan poco apetecible como tener que encamarse con un señor de Murcia (con perdón de los señores de Murcia) que no te atrae lo más mínimo. Eso sí, entre ambas actividades hay una diferencia sustancial, las tarifas. Follar está mucho más valorado.

Ejercí esta profesión durante años, la de lectora, digo, para Planeta. Aporto este dato, no para atribuirme ningún tipo de autoridad, sino para justificar […]

Origen: Leer a ciegas – Jot Down Cultural Magazine

Esta entrada fue publicada en El oficio de lector, Lector y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario