Ser escritor

Haber escrito algo que te deja como un fusil disparado, que aún se sacude y humea, haberte vaciado por dentro de ti mismo, pues no sólo has descargado lo que sabes de ti mismo, sino también lo que sospechas y supones, así como tus estremecimientos, tus fantasmas, tu vida inconsciente y haberlo hecho con sostenida fatiga y tensión, con constante cautela, temblores, repentinos descubrimientos y fracasos, haberlo hecho de modo que toda la vida se concentrara en ese punto dado, y advertir que todo ello es como si no existiera si no lo acoge y le da calor un signo humano, una palabra, una presencia; y morir de frío, hablar en el desierto, estar solo noche y día como un muerto.

Pavese  Cesare Pavese

Esta entrada fue publicada en El oficio de creador y etiquetada , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario