De la gran novela a las series de TV

No sé si es atrevido decir que a los novelistas de hoy les falta ambición, pero es cierto que los autores más jóvenes ya no creen en la novela total. La ven con escepticismo y consideran que la literatura es más genuina si se repliega en algo más privado. El modelo balzaquiano no está de moda, hoy prima lo kafkiano, lo personal. Existe la sensación de que la novela modelo siglo XIX hoy es el dominio de la televisión. Hay una cierta abdicación frente a la potencia populista de la televisión, que llevaba décadas buscando un género narrativo propio y por fin lo ha encontrado: los seriales, que cumplen ahora la función de la novela decimonónica: llegar al gran público, entretener. La literatura se repliega hacia un mundo menos ambicioso, más intenso que extenso. Con la excepción de los autores de best seller, los escritores no quieren competir con la televisión, reconocen su derrota de entrada. Eso no quiere decir que la gran novela, la novela grande, esté derrotada. De pronto vuelve. Pensemos en Bolaño. Sus dos últimas novelas son muy ambiciosas y han encontrado su público.

Vargas Llosa Mario Vargas Llosa. Babelia

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