Yo también me he preguntado con frecuencia qué justificaciones dar a esa fe que profeso por el valor del Libro, qué raíces podría tener que la hicieran tan tenaz; hasta tal punto que cuando algunos amigos, de los que sin embargo sé de qué manera su vida interior puede existir sin la escritura, me confiesan su pereza, algo en mí se aflige en silencio, y sólo se calma ante las pruebas materiales de su actividad. Actualmente está de moda entre los literatos despreciar el acto de escribir, anhelar el instante en el que uno esté, por fin, más allá de las palabras. Y ahora cada uno sabe que, al igual que el amor no tiene como fin la procreación, lo importante aquí no es el poema, mediocre resultado, sino la experiencia interior que lo engendró, y que los mejores son quienes callan.
Claude-Edmond Magny, Carta sobre el poder de la escritura