Soy incapaz de contar nada si no me he construido mentalmente una imagen. Y en esa fabricación prima la retórica del cine. Es como si me dominaran un empeño en fundir ambas artes. El cine responde a una gramática, a un montaje de iluminación y sombra. Me empeño en traspasar todo eso a la novela.
Los principios de mis libros nunca resisten cuando los termino, los cambio. El capítulo uno, cuando comienzo, suele pasar a ser segundo cuando he terminado.
[…] la espontaneidad te engaña. De repente se te ocurren cosas que te pueden parecer acertadas, incluso placenteras por impulso, pero que al final no encuentras manera de encajar. Cuando tratas de describir una situación intentas plasmar los máximos elementos posibles, pero al releer te das cuenta de que sobra varios: lo que flota, hay que hacerlo desaparecer.
[…] para mi la precisión es la verdadera fiesta. Con ella podemos dar idea exacta de la tristeza y la felicidad. Es un cristal. […] me encanta, por puro placer.
En la literatura debe primar ante todo el placer del lector.
