El final

García Márquez 2

Lo vi por última vez hace cuatro años en Cartagena de Indias. Mercedes nos invitó a cenar a Juan Cruz, a Almudena y a mí. Los signos de la demencia senil que le iba devorando sus recuerdos eran evidentes. Cuando se acercaba alguien a saludarlo, hacía esfuerzos para que no se notara el olvido. La inteligencia y la elegancia duraban más que la memoria. Poco después me contó Roberto Pombo, el director del periódico El tiempo de Bogotá, que se iba despidiendo poco a poco de los amigos íntimos. Quedemos a cenar esta noche, le dijo un día, porque tal vez mañana no sepa quien eres.

Luis García Montero

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