Stalin tenía una idea muy precisa de la función utilitaria uy propagandística de los escritores, y cuando no se sometían a los intereses del «pueblo», los silenciaba, a veces matándolos y en otras ocasiones humillándolos. Es el caso de Bulgákov, a quien, pese a haber sido su amigo, lo rebajó de autor a barrendero del teatro donde antes se montaban sus obras.
Mario Vargas Llosa