Regresaba de Leghora, le dije, cuando su barco se hundió durante una tormenta. Se me quedó mirando. Shelley, dije. Su amigo Edward Williams lo acompañaba, y un muchacho cuyo nombre no recuerdo. Su barco se llamaba «Ariel». Algunos dicen que el propio poeta lo hundió. Estaba escribiendo «El triunfo de la vida»

Después de quemar el cuerpo de Shelley en la playa de Viareggio, Byron, Leigh y Trelawny se emborracharon. Gritaban y se reían y hasta cantaban escandalosamente.

Hay que decir que habían estado conviviendo  con unos restos que llevaban cinco semanas de hinchazón y descomposición. Byron había vomitado por lo menos una vez.