Todos los sabios y todos los clásicos enseñan a la renuncia, a ir despojándote de las cosas que te sobran, a echar el lastre, porque al final ves que se puede vivir con muy poco, y se puede escribir con muy pocas palabras. Descubres que la gente, cuanto más desnuda está, más se ve; mientras que cuanta más ropa lleva, menos se ve. En literatura pasa lo mismo, cuanto más simple escribes, más se lee, más profundo eres. Pero esa renuncia a las cosas que te sobran, y que al final se puede vivir dignamente con lo mínimo, es algo que se aprende casi cuando ya no hay remedio.

Manuel Vicent.